24/11/10

HISTORIA DEL QUE PADECIA LOS DOS MALES.



En la calle Caracas vivía un hombre que amaba a una rubia.
Pero ella lo despreciaba enteramente.
Unas cuadras mas abajo dos morochas se morían por el hombre y se le ofrecían ante su puerta. El las rechazaba honestamente.
El amor depara dos máximas adversidades de opuesto signo: amar a quien no nos ama y se amados por quien no podemos amar.
El hombre de la calle Caracas padeció ambas desgracias al mismo tiempo y murió una mañana ante el llanto de las morochas y la indiferencia de la rubia.
Alejandro Dolina

13/11/10

Antes del amanecer

¿Crees en la reencarnación?
la mayoría de las personas hablan de sus vidas pasadas y cosas así.. y aunque no crean en ello de una forma concreta.. no sé, las personas tienen un concepto de un alma eterna no? bien, ahí va mi reflexión:
Hace 500 siglos no había ni un millón de personas en el planeta, hará unos 10.000 años había 2 millones tal vez; ahora hay entre 5 o 6 mil millones de personas en el planeta no?
Si todos tenemos nuestra alma individual y única, entonces, de dónde las hemos sacado?
Las almas modernas son sólo una fracción de las originarias? Significaría que cada alma se dividió en 5.000 durante solo los últimos 50.000 años que es un periodo de tiempo insignificante.... Así que como mucho somos solo pequeñas fracciones de personas caminando.. somos tan dispersos por eso? Por eso vamos tan desorientados?

Jesse (Before Sunrise)

7/11/10

El regalo del Principito



—Muchachito, quiero oír otra vez tu risa...
Pero él me dijo:
—Esta noche hará un año. Mi estrella se encontrará precisamente encima del lugar donde caí el año pasado...
—¿No es cierto —le interrumpí— que toda esta historia de serpientes, de citas y de estrellas es tan sólo una pesadilla?
Pero el principito no respondió a mi pregunta y dijo:
—Lo más importante nunca se ve...
—Indudablemente...
—Es lo mismo que la flor. Si te gusta una flor que habita en una estrella, es muy dulce mirar al cielo por la noche. Todas las estrellas han florecido.
—Es indudable...
—Es como el agua. La que me diste a beber, gracias a la roldana y la cuerda, era como una
música ¿te acuerdas? ¡Qué buena era!
—Sí, cierto...
—Por la noche mirarás las estrellas; mi casa es demasiado pequeña para que yo pueda señalarte dónde se encuentra. Así es mejor; mi estrella será para ti una cualquiera de ellas. Te gustará entonces mirar todas las estrellas. Todas ellas serán tus amigas. Y además, te haré un regalo...
Y rió una vez más.
—¡Ah, muchachito, muchachito, cómo me gusta oír tu risa!
—Mi regalo será ése precisamente, será como el agua...
—¿Qué quieres decir?
La gente tiene estrellas que no son las mismas. Para los que viajan, las estrellas son guías; para otros sólo son pequeñas lucecitas. Para los sabios las estrellas son problemas. Para mi hombre de negocios, eran oro. Pero todas esas estrellas se callan. Tú tendrás estrellas como nadie ha tenido...
—¿Qué quieres decir? —Cuando por las noches mires al cielo, al pensar que en una de aquellas estrellas estoy yo riendo, será para ti como si todas las estrellas riesen. ¡Tú sólo tendrás estrellas que saben reír!
Y rió nuevamente.
—Cuando te hayas consolado (siempre se consuela uno) estarás contento de haberme conocido. Serás mi amigo y tendrás ganas de reír conmigo. Algunas veces abrirás tu ventana sólo por placer y tus amigos quedarán asombrados de verte reír mirando al cielo. Tú les explicarás: "Las estrellas me hacen reír siempre". Ellos te creerán loco. Y yo te habré jugado una mala pasada...
Y se rió otra vez.

4/11/10



"En tus ojos mi rostro, en los míos el tuyo. En los rostros descansan los corazones fieles. ¿Dónde podríamos encontrar dos mejores hemisferios sin un norte definido, sin un occidente declinante? Aquello que muere no se mezcló bien. Si nuestros corazones son uno, o nuestro amor semejante, ninguno desfallecerá, ninguno morirá."